«No entro en juicios morales, la que define es la justici

«Sugar Daddy: la trama de la Operación Océano», el caso de explotación de menores más grande del país, es el nuevo libro del reconocido periodista César Bianchi, bajo el Sello de Editorial Sudamericana (Penguin Random House). Una vasta investigación periodística, -cuando el caso aún no está resuelto-, en la que el autor realiza una variedad de entrevistas en profundidad, destacándose la de la principal víctima (a la que le protegió la identidad con el nombre de Candela G), y la del único de los implicados que está preso (apodado “el Paraguayo”). Para conocer más acerca de esta publicación que arroja luz sobre un tema tan vigente y preocupante, CÓDIGONEWS dialogó con el periodista.

Por Silvana Brustia Caperchione

 

Operación Océano

La denominada “Operación Océano”, es la mayor investigación de explotación sexual en la historia uruguaya, que abarca, -hasta el momento-, 32 imputados (empresarios, ex jueces y políticos involucrados) y 20 víctimas menores de edad.

Cabe señalar que todo comenzó en marzo de este año, más puntualmente cuando se encontró en la desembocadura del Arroyo Solís Chico, a una chica muerta de 17 años. A partir de allí se inició la investigación, que dejó al descubierto una serie de casos de explotación sexual de menores, identificándose en primera instancia al empresario apodado “El Paraguayo”, (hoy preso) con el que se había vinculado la fallecida y su amiga.

Esta causa ha generado, – y aún lo hace-, gran polémica en variedad de ámbitos, por lo complejo de la temática, ya que estamos hablando de explotación sexual a menores de edad, o sea la «retribución o promesa de retribución a personas menores de edad o incapaces para que ejecuten actos sexuales o eróticos de cualquier tipo». Y porque además, el caso adquirió una gran trascendencia pública en los medios de comunicación y en las redes sociales, exponiendo también la impunidad con la que actúan estas redes. En la órbita judicial, la que lidera esta operación sobre delitos sexuales es Darviña Viera, Fiscal Penal de Montevideo especializada en Delitos Sexuales, Violencia Doméstica y Violencia basada en Género de Primer Turno.

¿Qué es un “Sugar Daddy”?

Corresponde a una persona (generalmente hombre) que se encuentra en una relación sexual transaccional (relaciones sexuales en donde el dar y recibir regalos, dinero y otras cosas se vuelve un factor importante) con una persona mucho menor que él, con la idea de asegurar o lograr una seguridad económica. Una persona que se encuentra en una relación de este tipo, puede recibir regalos, dinero en efectivo u otros beneficios financieros y materiales a cambio de seguir en la relación con su beneficiario.

Investigación

La temática de «Operación Océano» llamó la atención del periodista, quien decidió bucear en el bagaje de cientos de declaraciones del expediente judicial al que tuvo acceso, testimonios, chats  y en las propias entrevistas que realizó, destacándose las realizadas a  la principal víctima (a quien protegió la identidad con el nombre de Candela G), y la del único de los implicados que está preso (apodado “el Paraguayo”).

A continuación nuestra entrevista…

¿Qué te motivo a escribir este libro?

-El desafío de este libro fue buscar echar luz sobre zonas opacas, porque me parecía que lo que se veía en el noticiero era un ápice de todo. Procuré ir más allá de la noticia de un minuto y medio. Me interesaba conocer las historias de vida de las víctimas y saber qué buscaban, por qué entraban a las plataformas y sitios a buscar un “Sugar Daddy”. Y por qué esos hombres entraban a esas páginas, qué buscaban. Y obviamente la curiosidad en definitiva como único motor.

¿Con qué se va a encontrar el lector en esta publicación?

-El lector se va a encontrar con una historia que tiene un montón de aristas, matices, que no es tan simple como parecía, ya que ni las víctimas son tan víctimas, ni los victimarios, son tan victimarios. Intenté pintar los matices de grises y en definitiva dar a conocer la historia de Candela, la principal víctima, a quién entrevisté y le dediqué un capítulo entero ya que fue la primera vez que se dio un mano a mano con un periodista, lo cual es un diferencial que arroja luz sobre un tema oscuro y delicado. Lo mismo ocurre con los implicados, quienes prácticamente no habían hablado en los medios. En la mayoría de los casos los abogados de estos, eran quienes habían dado declaraciones a la prensa. Para el libro, varios imputados, entre estos “El Paraguayo”,  dialogaron conmigo al igual que la fiscal Darviña Viera. Igual no pretendí tener el testimonio de los 32, solo quería tener unas cuantas  voces.

Todas esas tonalidades, fueron de algún modo lo que me ayudaron a contar lo sucedido. Por ejemplo, les cuento a los lectores porqué las víctimas hacían lo que hacían, si se consideran víctimas, qué buscaban. Lo mismo con los imputados, si buscaban menores o simplemente chicas mucho más jóvenes

¿Cómo llegaste a que la principal víctima accediera a hablar?

-No fue fácil, cuando arranqué la investigación, le escribí, me presenté, le dije que me gustaría contar con su testimonio, a lo cual se negó, aludiendo que no se sentía preparada. No le insistí más. Seguí adelante con la investigación con otros asuntos, revisando los expedientes, consiguiendo otras entrevistas.

Sobre el final mismo del libro, -cuando ya tenía que tenerlo entregado-, ella lee una información que yo mismo publiqué en Montevideo Portal con una carta de uno de los imputados que tenía algunos descargos, separándose de los demás imputados, argumentado por qué a su juicio, él era inocente. La publiqué y ella furiosa me escribe diciendo que lo que ese señor decía era mentira. Si bien ella reconocía que había mentido en la edad, -siempre, decía tener 18, 19 o 20 años-, él había dicho que se había presentado como de 31 años. Frente a esto, Candela dijo que era un disparate porque nunca se había presentado como con más de 20. Además claramente no los aparenta. Así que le aconsejé que para evitar que todo esto suceda y que el libro no quedase “favoreciendo” a los imputados, lo mejor era que diera su versión con la promesa de proteger su identidad. Aceptó, fijamos un lugar en un restaurante y tuvimos una entrevista de una hora y media. Ella desde el mes de mayo que es mayor de edad.

¿También entrevistaste a la fiscal Darviña Viera? ¿Qué te pareció?

-Sí la entreviste dos veces. En primer lugar valoro que se haya comprometido tanto, que haya puesto el tema en el tapete, para que se sepa más y evitar que esto siga sucediendo. Después, creo que por momentos está demasiado influenciada por la ley de violencia basada en género y por la visión feminista y de género de esa ley especifica. Es que todas las fiscales de 5to turno, entienden que es un tema de género. Los abogados de los imputados entienden que no, que acá no debería haber una mirada de género, porque no lo es. La discusión es más macro, más conceptual. Y quien define es la justicia. Se sabrá más adelante cuando la justicia falle.

¿Aparte de las entrevistas, testimonios a qué otros documentos tuviste acceso?

-Pude leer el diario íntimo de Amanda, la chica que aparece muerta en el arroyo Solís Chico, el cual es parte del expediente judicial al que accedí, si bien está clausurado para terceros. Entendí que era un documento clave y que era vital revelar ciertos elementos del mismo, porque lo que cuenta ahí, son sus padecimientos, habla de su doble vida, dice lo que quiere llegar a ser, se muestra agobiada, preocupada, inquieta y hasta llega a manifestar deseos de auto eliminarse. De todos modos no identifico a la chica que falleció con nombre y apellido, al igual que hago con todas las demás víctimas.

¿A nivel personal te parecen vulnerables?

-Son absolutamente vulnerables, pero no lo son económicamente. Estamos hablando de chicas de clase media que no tenían problemas económicos. La propia Candela dice en la entrevista, que lo hicieron para ganar plata fácil. Tampoco los implicados son todos millonarios y poderosos, solo un puñado está muy bien económicamente. El resto, son trabajadores de clase media. No es que personas muy poderosas fueron a buscar a Casavalle en autos lujosos, a chicas que no tenían ni para comer.

Ahora bien, son vulnerables porque las vulnerabilidades son psicológicas. Candela por ejemplo tiene un problema de trastorno múltiple de personalidad borderline, tiene que tomar de 6 a 7 comprimidos por día para calmar la ansiedad, la depresión, para poder conciliar el sueño, para concentrarse, para combatir el déficit atencional, etc. No solo Candela, la chica fallecida también tenía problemas de personalidad borderline, lo cual hace que sean personas débiles emocionalmente.

Las disquisiciones morales más allá de la ley

En cuanto a nuestra interrogante de si los “victimarios” se aprovecharon de que las chicas eran vulnerables psicológicamente, Bianchi nos explicó: “Probablemente no lo supieran porque no las conocían como personas. Después ya nos vamos a otro tema que es quienes son los verdaderos culpables. Hay algunos, pero no más de cinco implicados, que sabían eran menores pero siguieron adelante. A esos, creo que hay que caerles con todo el rigor de la ley. Ahora la enorme mayoría, no sabían que eran menores de edad. Está bien que la ignorancia no es argumento, pero ellas no solo decían que eran mayores, sino que daban detalles de que iban a la facultad tal, en el horario tal, que estaban en segundo, etc. Y para los imputados aparentaban ser mayores, lo cual es un combo de elementos.

Luego, la justicia tendrá que demostrar si pidieron o no la cédula. Porque si tampoco hubo un esfuerzo de ellos en cerciorarse de que eran mayores de edad, ahí también les cabe responsabilidad, en no haberse esforzado lo suficiente en averiguar la verdadera edad de las chicas.

Yo no entro en juicios morales en este punto, ya que muchos de los abogados de los imputados señalan que las fiscales hacen valores morales permanentemente, cuando la ley llega hasta ciertos puntos: son menores, no lo son, hay delito, no hay delito. La diferencia de edad a la ley no le importa, no está penado. Esto es otro capítulo del libro: ‘Las disquisiciones morales más allá de la ley’. Ellas no son todas víctimas explotadas por un tercero. Puede ser que de algún modo sean víctimas, pero buscaban la figura de un ‘Sugar Daddy’”.

Han existido críticas al título de Sugar Daddy, ¿Qué opinión te merece?

-Te lo contesto de esta forma: primero a confesión de partes, relevo de pruebas: ella misma, la principal víctima dice dos veces en la entrevista personal que le realicé, que ella y su mejor amiga buscaban la figura de un “Sugar Daddy”. Luego tenés a imputados que reconocen que entraban a las redes y plataformas y se ofrecían como tales. En tercer lugar, en cada entrevista que las fiscales hacían a los imputados, ellas le preguntaban: ¿Usted sabe lo que es un Sugar Daddy, ¿Usted era un Sugar Daddy? El término te diría que contaminó el expediente, está permanentemente mencionado. Además el padre de la chica que apareció muerta, confiesa que cuando ella estaba viva aún, luego de una reunión con Candela, le encontró la computadora prendida, y vio que habían buscado en google el término “Sugar Daddy”. Está demasiado presente. Era ineludible. Es más, digo que es un título casi de cajón. No lo tuve que pensar demasiado. La otra era ponerle Operación Océano, pero ya el libro anterior de Eduardo Barreneche y Alfredo García se llamó así.

¿A qué conclusiones llegas con las entrevistas que efectuaste?

-Creo, que todos dicen la verdad en algún punto y todos mienten en algún otro punto. Ninguno me dijo siempre la verdad. En el libro puse todos los elementos que recogí, lo que significa que es honesto en ese sentido, porque el lector saca sus propias conclusiones. En estos días que el libro está en la calle, he escuchado gente que me ha dicho que le cree a los imputados y gente que me ha dicho que le cree a la víctima. Eso significa que el libro muestra las dos campanas. Cada uno sacará sus propias conclusiones.

Sobre el autor

César Bianchi (Rivera, 1977) es Licenciado en Comunicación Social (Universidad Católica del Uruguay), Máster en periodismo de la Universidad Alcalá de Henares (Madrid). A lo largo de su carrera se ha desempeñado como productor, presentador y periodista del diario El País y del programa televisivo Santo y Seña de Canal 4. Es además autor de los libros “Mujeres Bonitas”, una investigación sobre prostitución con catorce entrevistas, “A lo Peñarol”, donde cuenta la historia del Club Atlético Peñarol, el libro “Muertos acá nomás” donde presenta una decena de casos de homicidios uruguayos; “Valeria no pudo bailar, una investigación periodística sobre el feminicidio en Uruguay, “’Cebolla’ Rodríguez, un hincha en la cancha” y «Sugar Daddy: la trama de la Operación Océano», el caso de explotación de menores más grande del país. Actualmente conduce la entrevista central de 970 Noticias, de lunes a viernes en 970 Universal y sigue con su espacio de entrevistas “Seré Curioso” en Montevideo Portal. Además escribe como freelance para diferentes revistas del exterior.

Fotos: Niko Azaretto

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí