De origen humilde y socialista desde su juventud, Tabaré Ramón Vázquez Rosas (1940 – 2020), oncólogo de profesión, político de izquierda, dirigente deportivo uruguayo, fue el primer candidato frenteamplista en llegar a la intendencia de Montevideo en 1990 y a la presidencia en 2005 a 2010, tras 175 años de gobiernos conservadores. Y luego de 2015 a 2020. En la madrugada del pasado domingo 06 de diciembre, falleció a los 80 años víctima de un cáncer de pulmón. A sus espaldas deja un legado de políticas sociales progresistas que permitieron un crecimiento como el de pocos países de la región.

Una multitud, -no solo militantes del Frente Amplio-, lo despidió desde el mediodía del domingo con un cortejo que partió desde la intendencia de Montevideo con destino al cementerio de La Teja, su barrio natal, donde se celebró un sepelio reservado para sus hijos y nietos.

En esa despedida, acompañando el cortejo, miles de personas que salieron a las calles de Montevideo, auténtico bastión frenteamplista, para aplaudir y lanzar flores al paso del vehículo que contenía el féretro con los restos mortales de Vázquez, cubierto por la bandera uruguaya. Aunque el distanciamiento social fue imposible de mantener, el uso de tapabocas fue la constante en las calles de una ciudad que aumentó en las últimas semanas el número de casos de covid-19.

Por este motivo, la familia limitó la estadía en la sala velatoria a unas pocas horas, durante las que recibió la visita del presidente Luis Lacalle Pou, la vicepresidenta Beatriz Argimón y el exmandatario  José «Pepe» Mujica (2010-2015). El gobierno decretó tres días de duelo nacional, durante los cuales las banderas permanecerán a media asta.

El pueblo, sobre las 21.00, -convocado por el Frente Amplio-, desde sus hogares salió al balcón o la calle para aplaudir durante 5 minutos, en homenaje al ex mandatario. Como antesala miles, escucharon la canción «Defender la Alegría», compuesta por Mario Benedetti y musicalizado por el catalán Joan Manuel Serrat. 

 “Defender la alegría como una trinchera, / defenderla del escándalo y la rutina, / de la miseria y los miserables, / de las ausencias transitorias / y las definitivas”.

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